Candidiasis y embarazo
Común entre las mujeres, la candidiasis vaginal, es causada principalmente por el hongo Candida y afecta a 3 de cada 4 mujeres durante su vida. A menudo se desarrolla como resultado de tomar medicamentos y/o utilizar ropa interior demasiado ajustada, las mujeres embarazadas pueden contraer candidiasis debido a los rápidos cambios que afectan a sus cuerpos. Los desequilibrios hormonales, y especialmente el alto nivel de estrógeno, aumentan la probabilidad de desarrollar candidiasis vaginal.
Si desarrollás candidiasis durante el embarazo o mientras intentas tener un bebé, no te preocupes. Compartimos algunos datos sobre la candidiasis que toda futura madre debe saber:
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Aunque puede causar malestar o dolor durante las relaciones sexuales, la candidiasis no evitará que quedes embarazada.
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La candidiasis no es conocida por dañar al feto.
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En solo alrededor del 2% de los casos, la candidiasis se transmite al bebé durante el parto.
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Si se transmite durante el parto, la candidiasis en los bebés suele ser inofensiva, es fácil de detectar y tratar.
¿Cómo evitar y tratar la candidiasis durante el embarazo?
Existen una serie de medidas de precaución que toda mujer embarazada puede tomar para reducir el riesgo de desarrollar candidiasis durante el embarazo. Son fáciles, prácticos y efectivos para prevenir una candidiasis vaginal: una higiene adecuada, ropa interior de algodón transpirable y chequeos regulares con tu médico de cabecera son algunas de las cosas que ayudan a reducir el riesgo de candidiasis.
Sin embargo, si aún teniendo en cuenta estos consejos has desarrollado candidiasis, consulta primero a tu médico de cabecera antes de realizar cualquier tratamiento. Los tratamientos para la candidiasis a menudo incluyen la recomendación de ciertos medicamentos que no son recomendables durante el embarazo.
Queremos compartir algunos consejos para ayudarte a evitar la candidiasis:
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Usá ropa interior de algodón transpirable que no sea demasiado apretada.
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Asegurate de mantener la higiene adecuada y evita los baños de burbujas, el uso de jabones o cualquier producto de cuidado personal elaborado con productos químicos agresivos alrededor de la vagina.
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No realices duchas vaginales, esto podría aumentar el riesgo de irritación vaginal y alterar el equilibrio del pH vaginal.
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Cambiá tu ropa interior a diario y lávala con agua caliente.
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Limpiá tu vagina de adelante hacia atrás para evitar que las bacterias sean transportadas.